No empieces una dieta que acabará algún día, comienza un estilo de vida que dure para siempre.
Hoy os vamos a hablar de las diferencias que existen entre dos enfoques muy distintos a la hora de hacer cambios en la alimentación, hacer «dieta» frente a cambiar hábitos. El cambio de hábitos basado en la educación nutricional, es la forma de trabajo que define al equipo de Arela, ya que nos parece el enfoque más acertado si lo que se busca es mantener los cambios en el tiempo y fomentar una relación saludable y satisfactoria con la comida.
Si alguna vez has intentando mejorar tu alimentación sobre todo cuando uno de los objetivos es bajar de peso y mejorar la composición corporal, es probable que lo hayas hecho desde un enfoque de hacer “dieta” entienda como una pauta restrictiva, inflexible y monótona, difícil de mantener en el tiempo, que se basa en alimentos cocidos e insípidos, ensaladas sin aliño, productos desnatados… Las pautas de alimentación rígidas y aburridas hacen que la gran mayoría de las personas que las inician las abandonen al poco tiempo, recuperando el peso perdido e incluso algún kilo más, así como la sensación de descontrol con la comida.
Afortunadamente este enfoque ha cambiado con el tiempo y en la actualidad, si visitas a un dietista-nutricionista actualizado, lo más probable es que te proponga una estrategia diferente en la que partiendo de tu estilo de vida actual se vayan incorporando nuevos hábitos saludables que puedas mantener toda la vida, adaptándose a tus horarios, situación económica, actividad física… trabajando desde la base de la reeducación alimentaria y proponiendo cambios progresivos que tendrán como consecuencia que el peso acabe bajando sin que este sea el foco principal ni todo el proceso gire en torno a él. Desde la perspectiva del cambio de hábitos, las consultas de nutrición dejan de girar en torno al número de la báscula, y se enfocan en cómo alcanzar diferentes objetivos y estrategias que mejoren tus rutinas y se mantengan en el tiempo.
Cómo parte de la educación alimentaria el Dietista-Nutricionista enseña al paciente a leer el etiquetado de los alimentos y a hacer la compra, ideas de nuevas recetas apetecibles y variadas, estrategias para ayudar con problemas habituales como la falta de tiempo o de ideas en la cocina, comer rápido, señales para detectar el hambre y la saciedad, abordar mitos alimentarios existentes…. y otros aspectos relacionados con la alimentación y las rutinas.
Si todavía no tienes claro cuáles son las diferencias entre los dos enfoques, a continuación un resumen de los puntos básicos:
- Temporalidad: las dietas tradicionales tienen fecha de inicio y de fin. Seguro que en alguna ocasión has oído a alguien decir una frase tipo: “el lunes empiezo la dieta”. El punto final de estas dietas lo marca el abandono de la misma por aburrimiento o por incompatibilidad total con el paciente.
- Progresión: cuando planteamos un cambio de hábitos lo primero es evaluar el punto de partida y a partir de ahí empezar a trabajar los cambios poco a poco para poder incorporar los nuevos hábitos a nuestra rutina diaria.
- Personalización: las dietas tradicionales siguen siempre el mismo esquema independientemente de como sea la persona que la va a llevar a cabo. Todos hacen lo mismo, no se adapta ni se individualiza.
- Adherencia: el fracaso en las dietas tradicionales es de casi el 100% porque son imposibles de mantener en el tiempo. Una vez que abandonamos la dieta y volvemos a los hábitos previos, el peso perdido volverá.
- Báscula: en el proceso de cambiar de hábitos la cifra que marca la báscula pasa a un segundo plano. Contaremos con diferentes estrategias y objetivos que nos ayudarán a evaluar como vamos avanzando en nuestro proceso.
- Velocidad: las dietas tradicionales prometen una bajada de peso rápida pero lo que nunca té dicen es que el peso igual de rápido que baja va a volver a subir. Con el enfoque de la reeducación alimentaria, la bajada de peso será progresiva y siempre como consecuencia de cambiar hábitos.
Por ello si quieres mejorar tu salud a través de cambios en tu alimentación y estilo de vida, busca ayuda de un dietista-nutricionista titulado y actualizado que te ayude a realizar cambios que puedas mantener a largo plazo, el proceso de cambio de hábitos es mucho más satisfactorio y exitoso y a la larga potenciará nuestra salud.