El día 4 de Febrero se celebra el día mundial contra el cáncer. Con el fin de concienciar y visibilizar sobre el papel que juega la alimentación en el cáncer, durante estos días nos gustaría abordar este tema desde la perspectiva de la nutrición para la prevención y cómo parte del manejo de la enfermedad.
Así que hoy vamos a empezar por la PREVENCIÓN, Uxía Rodríguez Lavandeira, nuestra nutricionista clínica especialista en nutrición oncológica nos habla de los factores clave que contribuyen a prevenir la aparición de esta enfermedad.
El cáncer es una de las principales enfermedades en la sociedad actual, aumentando su incidencia cada año. En España, una de cada cuatro mujeres y uno de cada tres hombres serán diagnosticados a lo largo de su vida.
Aunque existen algunos factores claves en la aparición de una enfermedad oncológica que no podemos controlar, hay otros aspectos que dependerán de nuestro estilo de vida y sobre los que podemos actuar para tratar de minimizar la exposición y la aparición de algunos tipos de cáncer. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través del “Código Europeo Contra el Cáncer”, se podría reducir en un 18% el riesgo de padecer cáncer mediante un estilo de vida saludable, con unos hábitos alimentarios correctos y realizando ejercicio físico.
ES IMPORTANTE EVITAR EL SOBREPESO Y LA OBESIDAD
Mantener un peso estable es uno de los aspectos clave en la prevención contra el cáncer, ya que la presencia de sobrepeso/obesidad está implicada en el riesgo de aparición de diferentes tipos de cánceres como de páncreas, mama, hígado o colon.
Esto se debe a que la acumulación excesiva de grasa está relacionada con un aumento de los niveles de estrógenos, de la inflamación sistémica y de insulina, hormona que se encarga de mantener estables los niveles de azúcar en sangre, lo cual promueve el crecimiento y multiplicación de las células malignas.
¿CÓMO PODEMOS PREVENIR EL CÁNCER A TRAVÉS DE LA ALIMENTACIÓN?
A lo largo de los últimos años, se han publicado numerosas noticias sobre la relación de un determinado alimento o nutriente y la prevención del cáncer, pero la realidad es mucho más compleja. Cada día consumimos una gran cantidad de alimentos que nos van a aportar diferentes nutrientes y sustancias bioactivas y todo ello va a tener impacto en la prevención contra el cáncer.
El consumo diario de verduras y frutas tiene un efecto protector contra algunos tipos de cáncer (estómago, colon, esófago…). Esta protección se debe a la presencia de una gran variedad de vitaminas, minerales y sustancias bioactivas en los alimentos vegetales, así como por su contenido en fibra.
El consumo de fibra, además de relacionarse con una diminución del sobrepeso y de la obesidad, también reduce la presencia de especies bacterianas proinflamatorias y acelera el tiempo de tránsito intestinal, disminuyendo la duración del contacto de los posibles carcinógenos de los alimentos con el intestino. Por ello, además del consumo de verduras y frutas, también es importante integrar en nuestra alimentación los cereales integrales y las legumbres.
Es recomendable evitar consumir diariamente carne roja (ternera, cordero, cerdo…) y carnes procesadas como los embutidos. Esta recomendación se debe a la posible presencia se sustancias carcinógenas como nitritos, nitratos, aminas aromáticas heterocíclicas o hidrocarburos aromáticos policíclicos. Además, la carne roja y las carnes procesadas se relacionan como un aumento de la obesidad, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer como cáncer colorrectal o de próstata.
También es recomendable evitar alimentos y bebidas con un elevado contenido en azúcar, ya que también estaría relacionado con un aumento de peso, provocando sobrepeso u obesidad.
El consumo de alcohol (bebidas destiladas, cerveza, vino…) también se relaciona con la aparición de cáncer. A pesar de que algunos tipos de alcohol, como el vino, contiene algunas sustancias bioactivas que se han relacionado con la prevención ante la enfermedad. La realidad es que es más importante la conversión, en nuestro cuerpo, del alcohol en acetaldehído, lo cual puede provocar modificaciones en el ADN y favorecer la aparición de cáncer, especialmente de boca, esófago o hígado. Además, la ingesta más recomendable es cero, ya que no se ha encontrado una cantidad mínima por debajo de la cual se reduzcan los riesgos.
Además, es frecuente que el consumo de alcohol vaya acompañado por el tabaco. Este, por sí solo, es uno de los factores de riesgo evitables más importantes, ya que es el responsable del 22% de muertes mundiales por cáncer y del 70% de las muertes por tumor maligno de pulmón. Si combinamos el alcohol con el tabaco, el riesgo de aparición de algún tipo de cáncer es hasta 100 veces superior que en aquellas personas que ni consumen bebidas alcohólicas ni fuma.
Seguramente te hayas percatado de que la mayoría de los alimentos que es recomendable evitar también son aquellos que favorecen la ganancia de peso. Por lo que, limitando su consumo, estamos reduciendo varios factores que pueden favorecer la aparición de una enfermedad oncológica.
LA ACTIVIDAD FÍSICA, OTRO PILAR FUNDAMENTAL
El ejercicio físico tiene un papel importante en la prevención de aparición de cáncer, no solo evitando el sobrepeso o la obesidad, sino también porque incrementa la actividad del sistema inmunitario y reduce la inflamación del organismo, dos aspectos importantes tanto en la aparición como en una mejor evolución de la enfermedad. Se ha visto que la actividad física ayuda a reducir el riesgo de padecer diferentes tipos de cáncer como de colon o endometrio.
PROGRAMAS DE CRIBADO DE CÁNCER
La detección precoz, a través de los cribados (colon, mama y cérvix), permite diagnosticar en etapas iniciales la enfermedad, aumentando considerablemente las posibilidades de lograr una reducción de la enfermedad y de la mortalidad.