Alimentación durante el tratamiento contra el cáncer

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Hoy 4 DE FEBRERO, DIA MUNDIAL CONTRA EL CANCER, Uxía Rodríguez Lavandeira, nuestra nutricionista especializada en el campo de nutrición oncológica, nos va a hablar del papel que tiene la nutrición durante el proceso y de los puntos clave a tener en cuenta.

Tras el diagnóstico de cáncer suelen surgir muchas dudas acerca de la correcta nutrición durante el tratamiento y puede haber algún cambio en los hábitos alimentarios que no sea correcto por la falta de información al respecto.

De manera general, nuestra alimentación durante el tratamiento oncológico no debe ser muy diferente a lo que sería una alimentación saludable antes del diagnóstico. Debemos realizar una dieta sana y equilibrada mediante el consumo de verduras, frutas, cereales integrales… reducción de carnes procesadas, refrescos, comida azucarada, alcohol…

Además, será especialmente importante mantener una ingesta adecuada de proteínas de buena calidad (legumbres, carne, pescado, huevos, leche…), ya que se tiende a reducir este grupo de alimentos, muy necesario en esta etapa para mantener la masa muscular, dado que el proceso oncológico provoca un estado hipermetabólico e inflamatorio que disminuye el músculo.

Hasta la fecha, no existe evidencia de que haya un tipo de alimentación en concreto que pueda ayudar a combatir el cáncer ni grupos de alimentos que debamos dejar de consumir en su totalidad. Tampoco existe ningún alimento con propiedades curativas o sanadoras contra el cáncer, a este respecto existe una larga lista de mitos frecuentes a los que dedicaremos otro post. La finalidad de llevar a cabo una alimentación adecuada durante el tratamiento nos permitirá:

  • Lograr un buen estado nutricional.
  • Mantener una correcta hidratación, muy importante durante la quimioterapia y la radioterapia.
  • Tolerar mejor el tratamiento y los efectos secundarios.
  • Mejorar la calidad de vida del paciente.

En ocasiones la ubicación del tumor o los efectos secundarios al tratamiento oncológico, dificultan la ingesta de alimentos, pudiendo llegar a producirse una desnutrición, que puede ocasionar una mayor pérdida de masa muscular y de peso, debilidad, fatiga y la necesidad de descansos entre los ciclos del tratamiento.

Por ello, cuando comienza a haber una disminución de la ingesta o cualquier otra complicación, es posible que se necesite una alimentación más dinámica e individualizada, adaptándose a los requerimientos nutricionales según el momento de la terapia, el tipo de cáncer, los efectos secundarios que puedan estar presentes, tus apetencias, etc. En general debemos evitar basar la alimentación para evitar la pérdida de peso en una ingesta basada en el consumo de cualquier alimento hipercalórico sin importar su calidad nutricional, es importante evitar el abuso de alimentos ricos en azúcares simples, grasas de baja calidad, harinas refinadas… y buscar en la medida de lo posible un enriquecimiento proteico y energético basado en alimentos de calidad.