Todos los años, cuando llega enero, empezamos a hacer listas de todos esos hábitos que queremos cambiar, eliminar o empezar a incluir en nuestra vida.
Aunque no hay estadísticas fiables, es cierto que la gran mayoría de los propósitos de año nuevo los abandonamos antes de que llegue el mes de febrero, ¿por qué pasa esto? ¿es porque tenemos fuerza de voluntad?
LA FUERZA DE VOLUNTAD “NO EXISTE”
Como podéis leer en este post de nuestra psicóloga Tania Luaces, “lo que nos impulsa cada día a hacer lo que tenemos que hacer no es la fuerza de voluntad, son las motivaciones».
«La fuerza de voluntad no es suficiente en sí misma para que consigamos nada, lo que necesitamos tener son motivos que nos empujen de cara a un objetivo”.
La motivación es ese impulso necesario para actuar con el fin de conseguir aquello que deseamos.
¿Si no es una cuestión de fuerza de voluntad porqué no mantenemos los propósitos teniendo motivación?
Hay muchos factores implicados en este “fracaso” entre los que podemos destacar el ponernos objetivos poco realistas, no encajar bien estos nuevos hábitos en nuestra rutina diaria y no medir de manera adecuada los progresos que estás haciendo.
PLANTEAR CORRECTAMENTE LOS OBJETIVOS
Lo primero que tenemos que hacer es establecer estos 5 parámetros en lo que se refiere al objetivo o propósito:
- Específico: debe ser concreto, cuanto más específico mejor.
- Medible: busca medidores adecuados que te ayuden a valorar como avanzas.
- Alcanzable: en función de tu punto de partida
- Realista: los objetivos poco realistas minan nuestra motivación.
- Temporalizable: poner fechas o tiempos para conseguir ese objetivo.
Recuerda que si tu objetivo o propósito es muy grande, puedes fraccionarlo en objetivos más pequeños para mantener la motivación.
En lo que se refiere a propósitos relacionados con la salud y alimentación, te dejamos unos tips para ayudarte a aumentar las probabilidades de éxito:
- QUIERO “COMER MEJOR”
- En este caso deberíamos empezar por concretar que es para nosotras “comer bien” o “comer mejor”. Para ello podemos empezar rellenando durante una semana un registro dietético donde apuntemos todo lo que comemos y bebemos. Con este registro podemos identificar qué es lo que queremos mejorar ¿Queremos aumentar el consumo de algún grupo de alimentos? ¿Queremos eliminar o reducir la frecuencia con la que comemos o bebemos algunos productos?
- Una vez establecido qué es exactamente lo que queremos modificar, lo siguiente sería planificarse. Puedes probar a hacer un menú semanal, a hacer batchcooking, o empezar simplemente haciendo una buena lista de la compra.
- Para poder valorar tus progresos, puedes seguir con el registro dietético y revisarlo de manera periódica.
- QUIERO HACER DEPORTE
- Como comentamos, lo primero es concretar. ¿Qué deporte quieres hacer? ¿cual te gusta? ¿Cuántos días por semana?
- Lo siguiente sería buscarle un hueco “real” en tu agenda. Ten en cuenta que el 1 de enero no cambia nada de tu vida, si antes tenías la sensación de que no tenías tiempo para hacer deporte eso es lo primero que tienes que solucionar.
- Recuerda poner metas alcanzables, revisa tu estado de salud y físico previo, empieza de manera progresiva y valora tus progresos desde el autocuidado.
- QUIERO TENER UNA VIDA MÁS SOSTENIBLE
- Puedes empezar aplicando las 3R:
- Reducir: compra solo lo necesario, alarga al máximo la vida útil de tu ropa, de aparatos electrónicos, zapatos, utensilios de cocina,…
- Reutilizar: evita los productos de un solo uso (menaje, servilletas, discos desmaquillantes,..). Utiliza tus propias bolsas de tela. Compra productos de segunda mano.
- Recicla: separa correctamente los residuos y depositarlos en el contenedor adecuado.
- Si quieres que tu alimentación sea también más sostenible puedes empezar comprando alimentos locales y de temporada. Comprar a granel o en cooperativas de consumo también reduce el impacto ambiental de tu comida. Por último, aumenta el consumo de proteína de origen vegetal sobre las carnes, pescados, huevos y lácteos, ya que las legumbres son más sostenibles, económicas y saludables.
- El libro de Aitor Sanchez “Tu dieta puede salvar el planeta” es muy útil si este es tu propósito.
- Puedes empezar aplicando las 3R:
- QUIERO NO TENER PROPÓSITOS
- Como hablamos, el día 1 de enero no cambia nada. No te agobies si no tienes ganas o fuerzas para cambiar nada con el año nuevo.
- También puedes buscar propósitos que de primeras te parezcan menos “productivos” pero que son igual o más importantes. Te dejo unos cuantos ejemplos: autocuidado, flexibilidad contigo misma, autoaceptación, descanso de calidad, desconexión de redes sociales, salir al campo, estar con tu familia, leer más novelas, aprender a poner límites, disfrutar sin culpa, quedar con tus amigos,…
Como conclusión, resaltar que los objetivos o propósitos deber ser sostenibles en el tiempo. Hay que ser realista y organizar tu rutina para minimizar el riesgo de abandono.
No te agobies ni te castigues si te lo saltas algún día o abandonas ese hábito, sé flexible contigo misma y si te sientes con fuerza y ganas retómalo y ajusta tus metas.