¿Qué pasa si tengo alta la lipoproteína (a) ?

POST MARZO - ABRIL 24 (4)

La Lipoproteína (a), es una partícula compleja que se sintetiza principalmente en el hígado y se encuentra en el plasma sanguíneo. Está formada de una proteína llamada apolipoproteína (a) y una molécula de colesterol LDL. Aunque su estructura es similar a la del LDL, la lipoproteína (a) tiene una proteína adicional, la apolipoproteína (a), que la distingue del LDL convencional. 

Aunque su función exacta en el cuerpo aún no se comprende completamente, se sabe que la lipoproteína (a) aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular debido a que produce obstrucción de las arterias mediante la formación de coágulos y aterosclerosis (estrechamiento de las arterias por una placa de ateroma). 

¿Por qué la Lipoproteína (a) es un medidor diferente del riesgo cardiovascular?

Lo que hace que la Lipoproteína (a) sea un marcador único es su resistencia a las intervenciones tradicionales de reducción de riesgos. A diferencia del colesterol LDL, cuyos niveles pueden mejorarse con ejercicio físico, cambios en la alimentación y el estilo de vida, la Lipoproteína (a) parece ser menos sensible a estos cambios. 

Los niveles de Lipoproteína (a) en sangre están en parte determinados por la genética. Algunas personas heredan genes que predisponen a niveles más altos de Lipoproteína (a). Esto significa que incluso las personas que llevan un estilo de vida saludable y presentan niveles normales de colesterol LDL pueden tener mayor predisposición a sufrir eventos cardiovasculares debido a sus niveles elevados de Lipoproteína (a).

¿Cómo se pueden medir los valores de Lipoproteína (a)?

La Lipoproteína (a) se puede medir en un análisis de sangre. Sus valores se suelen expresar (mg/dL o mg/L) y se estima que las personas que presentan valores superiores a 30-50 mg/dL están en mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular. 

Tratamiento para valores de Lipoproteína (a) elevados:

Los valores de lipoproteína (a) se suelen mantener estables a lo largo de la vida y responden vagamente a la terapia farmacológica y a los cambios del estilo de vida.

Mientras se desarrollan nuevos fármacos que resulten eficaces contra la lipoproteína (a), actualmente se recomienda centrarse en las terapias para reducir los niveles de colesterol LDL que pueden agravar el riesgo cardiovascular.

Se recomienda establecer un patrón dietético saludable basado en proteínas de origen vegetal, alimentos ricos en omega 3, antioxidantes y un elevado consumo de fibra mediante la ingesta de vegetales, frutas, legumbres y cereales integrales. También se debe evitar el sedentarismo, el consumo de alcohol y las dietas ricas en grasas saturadas y carbohidratos refinados. 

Si quiere saber más sobre alimentación para prevenir el riesgo cardiovascular te recomendamos que visites esta publicación anterior de nuestro blog.

Está demostrado que estas estrategias ayudan a mejorar los niveles de lípidos en sangre aunque su evidencia contra la lipoproteína (a) es limitada. 

En conclusión:

La lipoproteína (a) es un factor de riesgo independiente para enfermedades cardiovasculares que puede ser pasado de generación en generación a través de la genética. Aunque su papel exacto en la fisiopatología de la enfermedad cardiovascular y su tratamiento aún no están completamente comprendidos, sabemos que los niveles elevados de lipoproteína (a) en sangre son motivo de atención para poder realizar un manejo clínico y reducir el riesgo cardiovascular.

De todos modos, es importante recordar que la mayor parte de los accidentes cardiovasculares que se producen en la población no son tanto relacionados con la genética sino con el estilo de vida y por lo tanto serían evitables.

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