El papel del azúcar en la salud lleva años siendo objeto de debate, especialmente con enfermedades graves como el cáncer. Una creencia común, pero errónea, es que “el azúcar alimenta al cáncer”, lo que ha llevado a muchas personas a eliminar por completo este nutriente de su alimentación con la esperanza de prevenir o frenar la alimentación.
En este artículo escrito por Uxía Rodríguez desmontamos mitos, explicamos cómo funciona el metabolismo celular, revisamos la evidencia científica más reciente y damos recomendaciones claras y prácticas para mantener una alimentación saludable y prevenir el cáncer desde el enfoque nutricional.
¿Qué entendemos por azúcar?
Cuando hablamos de azúcar en nutrición, nos referimos normalmente a la glucosa, la fructosa, la sacarosa y otros hidratos de carbono simples que se digieren rápidamente. La glucosa es esencial, todas las células la utilizan como fuente principal de energía, incluidas las del cerebro, los músculos… y también las células cancerosas.
¿Es cierto que el azúcar “alimenta” al cáncer?
No. Las células cancerosas necesitan mucha energía y consumen glucosa de forma acelerada. Sin embargo, esto no implica que el azúcar en la dieta alimenta directamente al cáncer más que a otras células. De hecho, si eliminamos completamente los azúcares de nuestra alimentación, el cuerpo acabaría generando glucosa a partir de otros nutrientes.
El mito y el efecto warburg
Este mito tiene su origen en el efecto warburg, un fenómeno real por el que las células tumorales metabolizan glucosa de forma diferente. Pero que usen glucosa no significa que el consumo dietético de azúcar cause o alimente los tumores. Es un proceso celular, no una causa dietética directa.
¿Qué efectos indirectos puede tener el exceso de azúcar?
- Obesidad y cáncer
Numerosos estudios han relacionado la obesidad con mayor riesgo de hasta 13 tipos de cáncer. El exceso de azúcar contribuye al sobrepeso, y por tanto, a un mayor riesgo tumoral.
- Hiperinsulinemia e inflamación
El consumo alto de azúcares simples puede elevar los niveles de insulina y promover resistencia a la misma. Esta hiperinsulinemia crónica se ha asociado con un entorno proinflamatorio, que favorece el desarrollo tumoral.
¿Eliminar el azúcar previene o cura el cáncer?
No. Y puede ser contraproducente, sobre todo en personas con cáncer activamente en tratamiento, ya que:
- Puede provocar pérdida de peso y masa muscular no deseadas.
- Aumenta el riesgo de desnutrición.
- No hay evidencia de beneficio clínico en eliminar completamente los azúcares.
Recomendaciones prácticas y realistas:
No se trata de eliminar, sino de equilibrar. Incluye en tu alimentación diaria:
- Verduras, frutas frescas (no zumos).
- Legumbres, cereales integrales.
- Frutos secos, semillas y aceite de oliva virgen extra.
Evita o limita:
- Refrescos y bebidas azucaradas.
- Ultraprocesados y bollería industrial.
- Azúcares añadidos en exceso.
Conclusión: el azúcar no “alimenta” al cáncer, pero el exceso sí puede aumentar el riesgo.
La ciencia es clara: el azúcar no causa ni alimenta el cáncer directamente, pero sí puede influir en su aparición de forma indirecta si se consume en exceso y forma parte de un estilo de vida poco saludable.
Mantener una dieta equilibrada, rica en alimentos naturales y baja en azúcares añadidos sigue siendo la mejor estrategia nutricional para prevenir el cáncer.
Si quieres saber más sobre alimentación y prevención del cáncer puedes leer nuestro anterior artículo: https://arelasaude.com/alimentacion-y-cancer-como-podemos-prevenirlo/
La autora de este artículo y del enlazado anteriormente es Uxía Rodríguez, especialista en alimentación oncológica. Si necesitas un enfoque más personalizado puedes pedir cita con ella a través del formulario de contacto https://arelasaude.com/contacto/ o desde este enlace: https://arelasaude.com/pedir-cita/